Los colores que el mar me robó los encontré en este extenso jardín (el segundo jardín botánico tropical más grande del mundo!)
Las explosiones de color imperaban en las flores, plantas, aves e insectos; todo bajo una suave lluvia con verde intenso de fondo.
La entrada no podía ser mejor, miles de varas de bambú daban la bienvenida a una caminata por la cual encontraría gran variedad de árboles de todas las latitudes, principalmente de Indonesia; predominan los árboles frutales, algunos con frutos venenosos.
Existe también un pequeño cementerio donde descansan los restos de la esposa del Dr. Wilson, (científico que vivía en el jardín)quien al comer uno de los frutos venenosos murió.
Para mí fué fantástico descubrir que aún en las peores circunstancias se le puede sacar provecho a un viaje.
Los dejo con las tomas, espero les gusten.
Dedico este correo y todas sus flores a mi amiga Paulina Zúñiga quien hoy cumple sus 45 primaveras, con todo mi cariño
Ángel
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